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Lobulo frontal

Lobulo frontal

Los lóbulos frontales se consideran nuestro centro y hogar emocionales de control a nuestra personalidad. No hay otro parte del cerebro donde las lesiones pueden causar una variedad tan amplia de síntomas(Kolb & Wishaw, 1990). Los lóbulos frontales están envolvados en la función del motor, solucionar de problema, la espontaneadád, la memoria, la lengua, la iniciación, el juicio, el control del impulso y el comportamiento social y sexual. Los lóbulos frontales son extremadamente vulnerables a lesión debido a su localización en el frente del cráneo, del la proximidad a la ala del sphenoid y de su tamaño grande. Los estudios de MRI han demonstrado que el área frontal es la región más común de lesión que sigue suave a moderado lesión del cerebro.

Hay diferencias asimétricas importantes en los lóbulos frontales. El lóbulo frontal izquierdo está envolvado en el movimiento relacionado de la lengua que controla, mientras que el lóbulo frontal derecho desempeña un papel en capacidades no-verbales. Algunas investigadores acentúan que este papel no es absoluto y que con mucha gente, ambos lóbulos están envolvados en casi todo el comportamiento.

El disturbio de la función del motor es caracterizado típicamente por la pérdida de movimientos finos y de fuerza de los brazos, de las manos, y de los dedos (Kuypers,1981). Las cadenas complejas del movimiento del motor también se parecen ser controlados por los lóbulos frontales (Leonard et al.,1988). Los pacientes con daño frontal del lóbulo exhiben poca expresión facial espontánea, que señala al papel de los lóbulos frontales en la expresión facial. La afasia de Bronca, o la dificultad en el discurso, ha sido associado a daño frontal por Brown (1972).

Un fenómeno interestante del daño frontal del lóbulo es el efecto insignificante que puede tener en la prueba tradicional del indice de intelligencia. Los investigadores creen que este puede tener que hacer con las pruebas del indice de inteligencia tipicamenete la determinación de convergente más bien que el pensamiento divergente. El daño frontal del lóbulo se parece tener un impacto en el pensamiento divergente, o la flexibilidad y capacidad de solucionar de problema. Hay también evidencia que demuestra interferencia persistente con la atención y memoria incluso después de la buena recuperación de un TBI (Stuss et al.,1985).

Otra área asociada a menudo a daño frontal es la del "espontaneadad del comportamiento." Kolb &Milner (1981) encontraron que individuos con daño frontal exhibiaron menos movimientos faciales espontáneos, hablaron menos palabras (lesiones frontales izquierdas) o excessivamente (lesiones frontales derechas).

Una de las caracteristicas más comunes del daño frontal del lóbulo es dificultad en interpretar la regeneración del ambiente. El perseverar en una respuesta (Milner, 1964), tomar un riesgo, y incumplimiento con reglas (Miller,1985), y aprender asociado deteriorado (el uso de señales externas para ayudar a guiar el comportamiento) (Drewe, 1975) son algunos ejemplas de este tipo de déficit.

Los lóbulos frontales también se piensan desempeñar una parte en nuestra orientación espacial, incluyendo la orientación de nuestro cuerpo en espacio (Semmes et al.,1963).

Uno de los efectos más comunes del daño frontal puede ser un cambio dramático en comportamiento social. La personalidad de una persona puede experimentar cambios significativos después de lesión a los lóbulos, especialmente cuando ambos lóbulos están envolvados. Hay algunas diferencias en la izquierda contra lóbulos frontales derechos en este área. El daño frontal izquierda se manifiesta generalmente como daño frontal de depresión falsa y de la derecha como psicopática (Blumer y Benson, 1975).

El comportamiento sexual se puede también afectar las lesiónes frontales. El daño frontal orbital puede introducir comportamiento sexual anormal, mientras que lesiones derolaterales pueden reducir interés sexual (Walker y Blummer, 1975)

Algunas pruebas comunes para la función frontal del lóbulo son: El clasificar de la tarjeta de Wisconsin (inhibición de la respuesta); El golpear ligermente del dedo (habilidades de motor); la prueba Token (habilidad de lengua).

 

Referencias:

Blumer, D., & Benson, D. Personality changes with frontal and temporal lobe lesions. In D. Benson and D. Blumer, eds. Psychiatric Aspects of Neurologic Disease. New York: Grune & Stratton, 1975.

Brown, J. Aphasia, Apraxia and Agnosia. Springfield, IL: Charles C. Thomas, 1972.

Drewe, E. (1975). Go-no-go learning after frontal lobe lesion in humans. Cortex, 11:8-16.

Kolb, B., & Milner, B. (1981). Performance of complex arm and facial movements after focal brain lesions. Neuropsychologia, 19:505-514.

Kuypers, H. Anatomy of the descending pathways. In V. Brooks, ed. The Nervous System, Handbook of Physiology, vol. 2. Baltimore: Williams and Wilkins, 1981.

Leonard, G., Jones, L., & Milner, B. (1988). Residual impairment in handgrip strength after unilateral frontal-lobe lesions. Neuropsychologia, 26:555-564.

Levin et al. (1987). Magnetic resonance imaging and computerized tomography in relation to the neurobehavioral sequelae of mild and moderate head injuries. Journal of Neurosurgery, 66, 706-713.

Miller, L. (1985). Cognitive risk taking after frontal or temporal lobectomy. I. The synthesis of fragmented visual information. Neuropsychologia, 23:359-369.

Milner, B. Some effects of frontal lobectomy in man. In J. Warren and K. Akert, eds. The Frontal Granular Cortex and Behavior. New York: McGraw-Hill, 1964.

Semmes, J., Weinstein, S., Ghent, L., & Teuber, H. (1963). Impaired orientation in personal and extrapersonal space. Brain, 86:747-772.

Stuss, D. et al. (1985). Subtle neuropsychological deficits in patients with good recovery after closed head injury. Neurosurgery, 17, 41-47.

Walker, E., & Blumer, D. The localization of sex in the brain. In K.J. Zulch, O. Creutzfeldt, and G. Galbraith, eds. Cerebral Localization, Berlin and New York: Springer-Verlag, 1975.