La lesión cerebral traumática (LCT) puede afectar profundamente al funcionamiento cognitivo, físico y psicológico. Los problemas físicos pueden incluir dificultades de movilidad, equilibrio, coordinación, motricidad fina, fuerza y resistencia. Los trastornos cognitivos suelen afectar al lenguaje, la comunicación, la memoria, el procesamiento de la información y la percepción. Los cambios psicológicos, como los cambios en la regulación emocional y la dificultad para adaptarse a nuevas limitaciones, también son comunes entre las personas con LCT.
Las lesiones cerebrales pueden producirse por diversas circunstancias. Las lesiones cerebrales traumáticas suelen producirse durante accidentes en los que la cabeza impacta contra un objeto, por lo que ésta es una de las causas más comunes; sin embargo, pueden producirse déficits similares por otros tipos de lesiones cerebrales causadas por falta de oxígeno, intoxicación o infecciones.
El traumatismo craneoencefálico leve (TCE leve) suele caracterizarse por síntomas como una breve pérdida de conciencia, pérdida de memoria en torno a la lesión, confusión mental durante el incidente o alteraciones neurológicas focales. En muchos casos, las personas pueden parecer aparentemente inofensivas, pero experimentan problemas funcionales persistentes. Algunas personas desarrollan efectos a largo plazo de la MTBI, conocidos como síndrome post-conmoción cerebral (PCS), que pueden alterar significativamente la cognición y la personalidad.
La mayoría de las lesiones cerebrales traumáticas implican un daño cerebral generalizado causado por el movimiento del cerebro dentro del cráneo durante el impacto. Este movimiento suele provocar lesiones axonales difusas, en las que las células nerviosas se desgarran. También se producen daños localizados cuando el cerebro golpea la superficie interna del cráneo. Regiones como el tronco encefálico, el lóbulo frontal y el lóbulo temporal son especialmente susceptibles de sufrir daños debido a su proximidad a protuberancias óseas.
El tronco encefálico, situado en la base del cerebro, desempeña un papel fundamental en la regulación de la excitación básica, la atención y la memoria a corto plazo. Las lesiones en esta zona pueden provocar confusión, frustración e ira. Más arriba, el sistema límbico regula las emociones y está conectado con los lóbulos temporales, que intervienen en la memoria y el lenguaje. Los daños en los lóbulos temporales o las convulsiones originadas en esta región pueden contribuir a trastornos del comportamiento.
El lóbulo frontal, a menudo lesionado debido a su gran tamaño y a su ubicación en la parte frontal del cráneo, gobierna las funciones cognitivas y sirve como centro de control de las emociones y la personalidad. Los daños en este lóbulo pueden afectar al juicio y aumentar la impulsividad, lo que repercute profundamente en el comportamiento y la toma de decisiones del individuo.
Las lesiones cerebrales traumáticas pueden dar lugar a una serie de trastornos que afectan a distintos aspectos de la salud y el bienestar. Entre ellos se incluyen:
Déficits físicos: Problemas de deambulación, equilibrio, coordinación, motricidad fina, fuerza y resistencia.
Déficits cognitivos: Alteraciones en el lenguaje, la comunicación, el procesamiento de la información, la memoria y la percepción.
Impactos psicológicos: Alteraciones de la estabilidad emocional y dificultades de adaptación a la discapacidad.
Los mecanismos de lesión incluyen impactos directos (p. ej., la cabeza golpea un objeto) y causas no traumáticas como oxígeno insuficiente, intoxicación o infección.
Las LCT graves y leves, incluido el síndrome posconmocional, forman parte del espectro de afecciones asociadas a las lesiones cerebrales.
Zonas específicas como el tronco encefálico, los lóbulos frontales y los lóbulos temporales son especialmente vulnerables debido a su proximidad a estructuras óseas.
Descripción
Concretamente, la anoxia es un estado en el que hay una ausencia de suministro de oxígeno a los tejidos de un órgano aunque haya un flujo sanguíneo adecuado al tejido. La hipoxia es una situación en la que hay una disminución de oxígeno en el tejido a pesar de que el flujo sanguíneo al tejido es adecuado. La anoxia y la hipoxia, sin embargo, se utilizan a menudo indistintamente -sin tener en cuenta sus significados específicos- para describir un estado que se produce en un órgano cuando hay una disminución del suministro de oxígeno a los tejidos del órgano.
La anoxia y la hipoxia pueden deberse a diversas causas, como la inhalación de humo o monóxido de carbono, la exposición a grandes altitudes, el estrangulamiento, los accidentes anestésicos o el envenenamiento. En casos graves de anoxia e hipoxia, por cualquier causa, el paciente suele estar estupefacto o comatoso (en estado de inconsciencia) durante periodos que van de horas a días, semanas o meses. Pueden producirse convulsiones, sacudidas mioclónicas (espasmos o contracciones musculares) y rigidez del cuello.
Tratamiento
El tratamiento de la anoxia y la hipoxia consiste en establecer una vía aérea adecuada lo antes posible, utilizar suficiente oxígeno para saturar la sangre, apoyar el sistema cardiovascular según sea necesario y prevenir o tratar la neumonía. Puede ser necesaria la asistencia respiratoria.
Pronóstico
Si los sistemas respiratorio y cardiovascular del paciente reciben el apoyo adecuado, puede producirse la recuperación, pero depende de la gravedad de la lesión. A medida que avanza la recuperación, pueden aparecer diversas anomalías psicológicas y neurológicas, que persisten durante un tiempo y luego desaparecen. Pueden producirse cambios mentales como demencia o psicosis. También pueden aparecer confusión mental, regresión de la personalidad, síndromes del lóbulo parietal, amnesia, alucinaciones y pérdida de memoria.
Afecciones asociadas a la LCT
Las lesiones cerebrales traumáticas pueden dar lugar a una serie de trastornos que afectan a distintos aspectos de la salud y el bienestar. Entre ellos se incluyen:
Déficits físicos: Dificultades de deambulación, equilibrio, coordinación, motricidad fina, fuerza y resistencia.
Déficits cognitivos: Alteraciones en el lenguaje, la comunicación, el procesamiento de la información, la memoria y la percepción.
Impactos psicológicos: Alteraciones de la estabilidad emocional y dificultades de adaptación a la discapacidad.
Los mecanismos de lesión incluyen impactos directos (por ejemplo, la cabeza golpea un objeto) y causas no traumáticas como oxígeno insuficiente, intoxicación o infección. Las LCT graves y leves, incluido el síndrome posconmocional, forman parte del espectro de afecciones asociadas a las lesiones cerebrales. Algunas zonas específicas, como el tronco encefálico, los lóbulos frontales y los lóbulos temporales, son especialmente vulnerables debido a su proximidad a estructuras óseas.
Investigación
El NINDS apoya y lleva a cabo estudios destinados a comprender las afecciones neurológicas que pueden dañar el cerebro, como la anoxia y la hipoxia. Los objetivos de estos estudios son encontrar formas de prevenir y tratar estas afecciones.
Estos artículos, disponibles en una biblioteca médica, son fuentes de información exhaustiva sobre la anoxia y la hipoxia:
Bradley, W, et al (eds). Neurology in Clinical Practice: Principles of Diagnosis and Management, vol. II, Butterworth-Heinemann, Boston, pp. 1343-1349 (1991).
Joynt, R (ed). Clinical Neurology, vol. 2, Chapter 17, J.B. Lippincott Co., Philadelphia, pp. 1-18 (1990).
Nyakas, C, Buwalda, B, y Luiten, P. "Hipoxia y desarrollo cerebral". Progress in Neurobiology, 49:1; 1-51 (mayo de 1996).
Instituto Nacional de Trastornos Neurológicos y Accidentes Cerebrovasculares
Institutos Nacionales de Salud
Bethesda, MD 20892
La afasia es un trastorno causado por daños en partes del cerebro responsables del lenguaje. En la mayoría de las personas, se trata de zonas del hemisferio izquierdo del cerebro. La afasia suele aparecer de repente, a menudo como consecuencia de un ictus o un traumatismo craneal, pero también puede desarrollarse lentamente, como en el caso de un tumor cerebral, una infección o una demencia. Este trastorno afecta a la expresión y comprensión del lenguaje, así como a la lectura y la escritura. La afasia puede coexistir con trastornos del habla como la disartria o la apraxia del habla, que también son consecuencia de lesiones cerebrales.
¿Quién tiene afasia?
Cualquiera puede adquirir afasia, incluidos los niños, pero la mayoría de las personas que la padecen son de mediana edad o mayores. Afecta por igual a hombres y mujeres. Según la Asociación Nacional de Afasia, aproximadamente 80.000 personas adquieren afasia cada año como consecuencia de accidentes cerebrovasculares. Alrededor de un millón de personas en Estados Unidos padecen afasia en la actualidad.
¿Cuáles son las causas de la afasia?
La afasia está causada por daños en una o varias de las áreas del lenguaje del cerebro. Muchas veces, la causa de la lesión cerebral es un ictus. Un ictus se produce cuando la sangre es incapaz de llegar a una parte del cerebro. Las células cerebrales mueren cuando no reciben su suministro normal de sangre, que transporta oxígeno y nutrientes importantes. Otras causas de lesión cerebral son golpes fuertes en la cabeza, tumores cerebrales, infecciones cerebrales y otras afecciones que afectan al cerebro.
¿Qué tipos de afasia existen?
Existen dos grandes categorías de afasia: fluente y no fluente. Los daños en el lóbulo temporal (la parte lateral) del cerebro pueden provocar una afasia fluida denominada afasia de Wernicke (véase la figura). En la mayoría de las personas, el daño se produce en el lóbulo temporal izquierdo, aunque también puede ser consecuencia de un daño en el lóbulo derecho. Las personas con afasia de Wernicke pueden hablar con frases largas sin sentido, añadir palabras innecesarias e incluso inventar palabras. Por ejemplo, alguien con afasia de Wernicke puede decir: "Sabes que ese smoodle pinkered y que quiero conseguir que redonda y cuidar de él como usted quiere antes". Como resultado, a menudo es difícil seguir lo que la persona está intentando decir. Las personas con afasia de Wernicke suelen tener grandes dificultades para comprender el habla y a menudo no son conscientes de sus errores. Estos individuos no suelen tener debilidad corporal porque su lesión cerebral no está cerca de las partes del cerebro que controlan el movimiento.
Un tipo de afasia no fluente es la afasia de Broca. Las personas con afasia de Broca tienen dañado el lóbulo frontal del cerebro. Suelen hablar con frases cortas que tienen sentido pero que se producen con gran esfuerzo. A menudo omiten palabras pequeñas como "es", "y" y "el". Por ejemplo, una persona con afasia de Broca puede decir "Pasear al perro", que significa "Sacaré al perro a pasear", o "libro libro dos mesa", que significa "Hay dos libros en la mesa". Las personas con afasia de Broca suelen entender bastante bien el habla de los demás. Por ello, suelen ser conscientes de sus dificultades y pueden frustrarse con facilidad. Las personas con afasia de Broca suelen tener debilidad o parálisis del lado derecho del brazo y la pierna porque el lóbulo frontal también es importante para los movimientos motores.
Otro tipo de afasia no fluente, la afasia global, es el resultado de daños en amplias zonas del cerebro dedicadas al lenguaje. Las personas con afasia global tienen graves dificultades de comunicación y pueden estar extremadamente limitadas en su capacidad para hablar o comprender el lenguaje.
Existen otros tipos de afasia, cada uno de los cuales es consecuencia de daños en distintas áreas del lenguaje en el cerebro. Algunas personas pueden tener dificultades para repetir palabras y frases aunque puedan hablar y entiendan el significado de la palabra o frase. Otras pueden tener dificultades para nombrar objetos aunque sepan lo que son y para qué sirven.
¿Cómo se diagnostica la afasia?
La afasia suele ser reconocida en primer lugar por el médico que trata a la persona por su lesión cerebral. Con frecuencia se trata de un neurólogo. El médico suele realizar pruebas que requieren que la persona siga órdenes, responda a preguntas, nombre objetos y mantenga una conversación. Si el médico sospecha que hay afasia, el paciente suele ser remitido a un logopeda, que realiza un examen exhaustivo de la capacidad de comunicación de la persona. El examen incluye la capacidad de la persona para hablar, expresar ideas, conversar socialmente, comprender el lenguaje, leer y escribir, así como la capacidad para tragar y utilizar comunicación alternativa y aumentativa.
¿Dónde puedo obtener más información?
El NIDCD mantiene un directorio de organizaciones que pueden responder preguntas y proporcionar información impresa o electrónica sobre la afasia. Consulte la lista de organizaciones en www.nidcd.nih.gov/directory. National Institute on Deafness and Other Communication Disorders National Institutes of Health 31 Center Drive, MSC 2320 Bethesda, MD USA 20892-2320 E-mail: nidcdinfo@nidcd.nih.gov
¿Cuáles son los problemas cognitivos y de comunicación derivados de un traumatismo craneoencefálico?
Los problemas cognitivos y de comunicación derivados de una lesión cerebral traumática varían de una persona a otra. Estos problemas dependen de muchos factores, como la personalidad del individuo, las capacidades previas a la lesión y la gravedad del daño cerebral.
Los efectos del daño cerebral suelen ser mayores inmediatamente después de la lesión. Sin embargo, algunos efectos de la lesión cerebral traumática pueden ser engañosos. El cerebro recién lesionado suele sufrir daños temporales por hinchazón y una forma de "hematoma" llamada contusión. Estos tipos de daños no suelen ser permanentes y las funciones de esas zonas del cerebro vuelven a funcionar una vez que desaparece la hinchazón o el hematoma. Por lo tanto, es difícil predecir con exactitud el alcance de los problemas a largo plazo en las primeras semanas tras una lesión cerebral traumática.
Sin embargo, los daños focales pueden provocar dificultades permanentes a largo plazo. Pueden producirse mejoras a medida que otras zonas del cerebro aprenden a asumir la función de las zonas dañadas. El cerebro de los niños es mucho más flexible que el de los adultos. Por esta razón, los niños que sufren un traumatismo cerebral pueden progresar mejor que los adultos con daños similares.
En lesiones de moderadas a graves, la hinchazón puede causar presión en una parte inferior del cerebro llamada tronco encefálico, que controla la consciencia o la vigilia. Muchas personas que sufren este tipo de lesiones se encuentran en un estado de inconsciencia denominado coma. Una persona en coma puede no responder en absoluto a ningún tipo de estimulación, como ruidos fuertes, dolor u olores. Otras pueden moverse, hacer ruido o responder al dolor, pero no ser conscientes de lo que les rodea. Estas personas son incapaces de comunicarse. Algunas personas se recuperan del coma, se despiertan y pueden comunicarse.
En las personas conscientes, las alteraciones cognitivas suelen incluir problemas para concentrarse durante periodos de tiempo variables, problemas para organizar el pensamiento y facilidad para confundirse u olvidarse de las cosas. Algunos individuos experimentarán dificultades para aprender nueva información. Otros serán incapaces de interpretar las acciones de los demás y, por tanto, tendrán grandes problemas en situaciones sociales. Para estos individuos, lo que dicen o lo que hacen es a menudo inadecuado para la situación. Muchos experimentarán dificultades para resolver problemas, tomar decisiones y planificar. El juicio suele verse afectado.
Los problemas lingüísticos también varían. Los problemas suelen incluir dificultades para encontrar palabras, mala formación de frases y descripciones o explicaciones largas y a menudo defectuosas. Con ello se pretende encubrir la falta de comprensión o la incapacidad para pensar en una palabra. Por ejemplo, al pedir ayuda para encontrar un cinturón mientras se viste, un individuo puede pedir "la cosa circular de vaca que usé ayer y antes". Muchos tienen dificultades para entender los múltiples significados de los chistes, el sarcasmo y los adagios o expresiones figuradas como "Un canto rodado no recoge musgo" o "Da un salto volador". Las personas con lesiones cerebrales traumáticas no suelen ser conscientes de sus errores y pueden frustrarse o enfadarse y echar la culpa de las dificultades de comunicación a la persona con la que hablan. Las capacidades de lectura y escritura suelen ser peores que las de expresión y comprensión oral. Las capacidades matemáticas simples y complejas suelen verse afectadas.
El habla producida por una persona con traumatismo craneoencefálico puede ser lenta, arrastrada y difícil o imposible de entender si las áreas del cerebro que controlan los músculos del mecanismo del habla están dañadas. Este tipo de problema del habla se denomina disartria. Estas personas también pueden tener problemas para tragar. Esto se denomina disfagia. Otras personas pueden tener lo que se denomina apraxia del habla, una afección en la que la fuerza y la coordinación de los músculos del habla no están dañadas, pero la persona tiene dificultades para pronunciar correctamente las palabras de forma coherente. Por ejemplo, alguien puede tropezar repetidamente con la palabra "mañana" cuando se le pide que la repita, pero luego ser capaz de decirla en un enunciado como "Intentaré repetirlo mañana".
¿Cómo se evalúan los problemas cognitivos y de comunicación?
La evaluación de los problemas cognitivos y de comunicación es un proceso continuo en el que intervienen varios profesionales. Inmediatamente después de la lesión, un neurólogo (médico especializado en trastornos del sistema nervioso) u otro médico puede realizar una evaluación informal, a pie de cama, de la atención, la memoria y la capacidad de entender y hablar. Una vez estabilizado el estado físico de la persona, un logopeda puede evaluar las capacidades cognitivas y de comunicación, y un neuropsicólogo puede evaluar otras capacidades cognitivas y conductuales. Los terapeutas ocupacionales también evalúan las habilidades cognitivas relacionadas con la capacidad de la persona para realizar "actividades de la vida diaria" (AVD) como vestirse o preparar comidas. Un audiólogo debe evaluar la audición. Todas las evaluaciones se realizan a intervalos frecuentes durante el proceso de rehabilitación para poder documentar los progresos y actualizar los planes de tratamiento. El proceso de rehabilitación puede durar de varios meses a un año.
¿Cómo se tratan los problemas cognitivos y de comunicación?
Los problemas cognitivos y de comunicación de las lesiones cerebrales traumáticas se tratan mejor desde el principio, a menudo cuando la persona aún está en el hospital. Esta terapia temprana se centrará frecuentemente en aumentar las habilidades de alerta y atención. Se centrarán en mejorar la orientación hacia la persona, el lugar, el tiempo y la situación, y en estimular la comprensión del habla. El terapeuta proporcionará ejercicios de motricidad oral en los casos en que el individuo tenga problemas de habla y deglución.
La rehabilitación a más largo plazo puede realizarse individualmente, en grupos o en ambos, dependiendo de las necesidades del individuo. Esta terapia suele realizarse en un centro de rehabilitación diseñado específicamente para el tratamiento de personas con lesiones cerebrales traumáticas. Este tipo de entorno permite una terapia intensiva por parte de logopedas, fisioterapeutas, terapeutas ocupacionales y neuropsicólogos en un momento en el que la persona puede beneficiarse mejor de dicha terapia intensiva. Otras personas pueden recibir terapia en casa por parte de terapeutas visitantes o de forma ambulatoria en un hospital, centro médico o centro de rehabilitación.
El objetivo de la rehabilitación es ayudar al individuo a progresar hasta el nivel de funcionamiento más independiente posible. Para algunos, el objetivo puede ser la capacidad de expresar sus necesidades verbalmente en términos sencillos. Para otros, el objetivo puede ser expresar sus necesidades señalando imágenes. Para otros, el objetivo de la terapia puede ser mejorar la capacidad de definir palabras o describir las consecuencias de acciones o acontecimientos.
La terapia se centrará en recuperar las habilidades perdidas y en aprender a compensar las capacidades que han cambiado permanentemente a causa de la lesión cerebral. La mayoría de las personas responden mejor a programas adaptados a sus antecedentes e intereses. Los programas terapéuticos más eficaces cuentan con la participación de los familiares, que son quienes mejor pueden proporcionar esta información. Los programas asistidos por ordenador han tenido éxito con algunas personas.
¿Qué se está investigando sobre los problemas cognitivos y de comunicación causados por el traumatismo craneoencefálico?
Los investigadores están estudiando muchas cuestiones relacionadas con los problemas cognitivos y de comunicación especiales que experimentan las personas que sufren lesiones cerebrales traumáticas. Los científicos están diseñando nuevas herramientas de evaluación para valorar los problemas especiales que sufren los niños que han sufrido lesiones cerebrales traumáticas. Dado que el cerebro de un niño es muy diferente del de un adulto, los científicos también están examinando los efectos de diversos métodos de tratamiento que se han desarrollado específicamente para los niños. Estas nuevas estrategias incluyen el uso de programas informáticos. Además, se están estudiando los efectos de algunos medicamentos en la recuperación del habla, el lenguaje y las capacidades cognitivas tras una lesión cerebral traumática.
Instituto Nacional de la Sordera y Otros Trastornos de la Comunicación
Institutos Nacionales de la Salud
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Bethesda, MD EE.UU. 20892-2320
nih.gov/nidcd
Descripción
El coma es un estado profundo o profundo de inconsciencia. El individuo afectado está vivo pero no es capaz de reaccionar o responder a la vida que le rodea. El coma puede producirse como progresión esperada o complicación de una enfermedad subyacente, o como resultado de un acontecimiento como un traumatismo craneoencefálico. El estado vegetativo persistente, que a veces sigue al coma, se refiere a una situación en la que las personas han perdido la función neurológica cognitiva y la conciencia del entorno, pero conservan la función no cognitiva y un ciclo de sueño-vigilia persistente. A veces se describe como cuando una persona está técnicamente viva, pero su cerebro está muerto. Sin embargo, esta descripción no es del todo exacta. En el estado vegetativo persistente, el individuo pierde las facultades cerebrales superiores del cerebro, pero las funciones del tronco encefálico, como la respiración y la circulación, permanecen relativamente intactas. Pueden producirse movimientos espontáneos y los ojos pueden abrirse en respuesta a estímulos externos, pero el paciente no habla ni obedece órdenes. Los pacientes en estado vegetativo pueden parecer algo normales. Ocasionalmente pueden hacer muecas, llorar o reír.
Tratamiento
Una vez que el paciente está fuera de peligro inmediato, aunque siga en coma o estado vegetativo, el equipo médico se concentrará en prevenir las infecciones y mantener el estado físico del paciente en la medida de lo posible. Dicho mantenimiento incluye prevenir la neumonía y las úlceras por presión y proporcionar una nutrición equilibrada. También puede recurrirse a la fisioterapia para prevenir contracturas (contracciones musculares permanentes) y deformidades ortopédicas que limitarían la recuperación de los pacientes que salen del coma.
Pronóstico
El pronóstico del coma y el estado vegetativo depende de la causa y de la localización, gravedad y extensión del daño neurológico: los resultados van desde la recuperación hasta la muerte. Las personas pueden salir del coma con una combinación de dificultades físicas, intelectuales y psicológicas que requieren una atención especial. La recuperación suele ser gradual, y los pacientes van adquiriendo cada vez más capacidad de respuesta. Algunos pacientes no progresan más allá de respuestas muy básicas, pero muchos recuperan la conciencia plena. Los pacientes que se recuperan del coma requieren una estrecha supervisión médica. El coma rara vez dura más de 2 a 4 semanas. Algunos pacientes pueden recuperar cierto grado de conciencia tras el estado vegetativo. Otros pueden permanecer en estado vegetativo durante años o incluso décadas. La causa más común de muerte de una persona en estado vegetativo es una infección como la neumonía.
Investigación
El NINDS apoya la investigación sobre afecciones neurológicas como el coma y el estado vegetativo persistente. El objetivo de esta investigación es encontrar formas de prevenir, tratar y curar estas afecciones.
Estos artículos, disponibles en una biblioteca médica, son fuentes de información exhaustiva sobre el coma:
Plum, F. "Disturbances of Consciousness and Arousal". En Cecil Textbook of Medicine, 19ª edición, W.B. Saunders Co., Filadelfia, pp. 2048-2063 (1992).
Harris, J, y Berger, J. "Clinical Approach to Stupor and Coma". Capítulo 5 en Neurology in Clinical Practice, Vol. 1, Butterworth-Heinemann, Boston, pp. 43-63 (1991).
Instituto Nacional de Trastornos Neurológicos y Accidentes Cerebrovasculares
Institutos Nacionales de Salud
Bethesda, MD 20892
Un golpe o sacudida en la cabeza puede alterar el funcionamiento normal del cerebro. Los médicos suelen llamar a este tipo de lesión cerebral "conmoción cerebral" o "traumatismo craneoencefálico cerrado". Los médicos pueden describir estas lesiones como "leves" porque las conmociones cerebrales no suelen poner en peligro la vida. Aun así, los efectos de una conmoción cerebral pueden ser graves.
Tras una conmoción cerebral, algunas personas pierden el conocimiento o quedan "noqueadas" durante un breve periodo de tiempo, pero no siempre: se puede tener una lesión cerebral sin perder el conocimiento. Algunas personas están simplemente aturdidas o confusas. A veces un latigazo cervical puede causar una conmoción cerebral.
Dado que el cerebro es muy complejo, cada lesión cerebral es diferente. Algunos síntomas pueden aparecer de inmediato, mientras que otros pueden no manifestarse hasta días o semanas después de la conmoción cerebral. A veces, la lesión hace que a las personas les cueste reconocer o admitir que tienen problemas.
Los signos de una conmoción cerebral pueden ser sutiles. Al principio, los problemas pueden pasar desapercibidos para pacientes, familiares y médicos. Las personas pueden parecer estar bien aunque actúen o se sientan de forma diferente.
Como todas las lesiones cerebrales son diferentes, también lo es la recuperación. La mayoría de las personas con lesiones leves se recuperan totalmente, pero puede llevar tiempo. Algunos síntomas pueden durar días, semanas o más.
En general, la recuperación es más lenta en las personas mayores. Además, las personas que han sufrido una conmoción cerebral en el pasado pueden tardar más en recuperarse de la lesión actual.
Este folleto explica lo que puede ocurrir tras una conmoción cerebral, cómo mejorar y dónde acudir para obtener más información y ayuda cuando sea necesario.
Ayuda médica
Las personas con una conmoción cerebral deben ser atendidas por un médico. La mayoría de las personas con conmociones cerebrales reciben tratamiento en un servicio de urgencias o en la consulta de un médico. Algunas personas deben pasar la noche en el hospital para recibir tratamiento adicional.
A veces, los médicos pueden hacer una tomografía computarizada del cerebro o realizar otras pruebas para ayudar a diagnosticar tus lesiones. Aunque la lesión cerebral no aparezca en estas pruebas, es posible que tengas una conmoción cerebral.
Su médico le enviará a casa con instrucciones importantes que deberá seguir. Por ejemplo, es posible que el médico pida a alguien que te despierte cada pocas horas durante la primera noche y el primer día después de la lesión.
Asegúrese de seguir cuidadosamente todas las instrucciones de su médico. Si ya está tomando algún medicamento -con receta, sin receta o "remedios naturales"- o si bebe alcohol o consume drogas ilegales, dígaselo a su médico. Hable también con su médico si está tomando anticoagulantes o aspirina, porque estos fármacos pueden aumentar las probabilidades de complicaciones. Si su médico está de acuerdo, puede tomar paracetamol (por ejemplo, Tylenol®* o Panadol®*) para el dolor de cabeza o de cuello.
*El uso de nombres comerciales es sólo para identificación y no implica aprobación por parte del Departamento de Salud y Servicios Humanos de EE.UU..
Signos de peligro - Adultos
En raras ocasiones, junto con una conmoción cerebral, puede formarse un peligroso coágulo de sangre en el cerebro y apretarlo contra el cráneo. Ponte en contacto inmediatamente con tu médico o con el servicio de urgencias si, tras un golpe o sacudida en la cabeza, presentas alguno de estos signos de peligro:
Las personas que te revisen deben llevarte a un servicio de urgencias de inmediato si:
Señales de peligro - Niños
Lleve a su hijo a urgencias de inmediato si ha recibido un golpe o sacudida en la cabeza y:
Aunque debe ponerse en contacto con el pediatra si su hijo vomita más de una o dos veces, los vómitos son más frecuentes en los niños pequeños y es menos probable que sean un signo urgente de peligro que en un adulto.
Síntomas de una conmoción cerebral
"No me siento yo mismo".
El tipo de lesión cerebral denominada conmoción cerebral presenta muchos síntomas. Estos síntomas suelen ser temporales, pero pueden durar días, semanas o incluso más tiempo. En general, si sientes que "algo no va del todo bien" o si "te sientes confuso", debes hablar con tu médico.
Estos son algunos de los síntomas de una conmoción cerebral:
Niños pequeños
Aunque los niños pueden tener los mismos síntomas de lesión cerebral que los adultos, es más difícil que los niños pequeños hagan saber a los demás cómo se sienten. Llame al pediatra si su hijo parece empeorar o si observa alguno de los siguientes síntomas:
Adultos mayores
Los adultos mayores con una lesión cerebral pueden tener un mayor riesgo de sufrir complicaciones graves, como un coágulo de sangre en el cerebro. Los dolores de cabeza que empeoran o un aumento de la confusión son signos de esta complicación. Si se presentan estos signos, acuda al médico de inmediato.
Mejorar
"A veces lo mejor que puedes hacer es descansar y volver a intentarlo más tarde".
La rapidez con que la gente se recupera de una lesión cerebral varía de una persona a otra. Aunque la mayoría de las personas se recuperan bien, la rapidez con la que mejoran depende de muchos factores. Entre ellos, la gravedad de la conmoción, la parte del cerebro lesionada, la edad y el estado de salud previo a la conmoción.
El reposo es muy importante después de una conmoción cerebral porque ayuda al cerebro a curarse. Tendrás que ser paciente porque la curación lleva su tiempo. Retome sus actividades cotidianas, como el trabajo o la escuela, a su propio ritmo. A medida que pasen los días, puedes esperar sentirte gradualmente mejor.
Si ya tenía un problema médico en el momento de la conmoción cerebral, puede tardar más en recuperarse de la lesión cerebral. La ansiedad y la depresión también pueden dificultar la adaptación a los síntomas de la lesión cerebral.
Mientras te curas, debes tener mucho cuidado y evitar hacer cualquier cosa que pueda causarte un golpe o sacudida en la cabeza. En raras ocasiones, recibir otra conmoción cerebral antes de que se haya curado una lesión cerebral puede ser mortal.
Incluso después de que su lesión cerebral se haya curado, debe protegerse para no sufrir otra conmoción cerebral. Las personas que han sufrido lesiones cerebrales repetidas, como los boxeadores o los jugadores de fútbol, pueden tener graves problemas más adelante. Estos problemas incluyen dificultades de concentración y memoria y, a veces, de coordinación física.
Consejos para curarse - Adultos
He aquí algunos consejos que le ayudarán a curarse:
Consejos para la curación - Children
Los padres y cuidadores de niños que han sufrido una conmoción cerebral pueden ayudarles a curarse:
Dónde obtener ayuda
"Era la primera vez en mi vida que no podía depender de mí misma".
Hay muchas personas que pueden ayudarle a usted y a su familia a recuperarse de su lesión cerebral. No tiene por qué hacerlo solo.
Muéstrele este folleto a su médico o profesional sanitario y coméntele sus preocupaciones. Pregunte a su médico si necesita tratamiento especializado y sobre la disponibilidad de programas de rehabilitación.
Es posible que su médico pueda ayudarle a encontrar un profesional sanitario con formación especial en el tratamiento de las conmociones cerebrales. El tratamiento precoz de los síntomas por profesionales especializados en lesiones cerebrales puede acelerar la recuperación. Su médico puede remitirle a un neurólogo, neuropsicólogo, neurocirujano o especialista en rehabilitación.
Siga hablando con su médico, familiares y seres queridos sobre cómo se siente, tanto física como emocionalmente. Si cree que no está mejorando, dígaselo a su médico. Para más información, consulte Recursos para obtener ayuda.
Ayuda para familias y cuidadores
"Mi marido solía ser muy tranquilo. Pero después de la lesión, empezó a explotar por las cosas más insignificantes. Ni siquiera sabía que había cambiado".
Cuando alguien cercano sufre una lesión cerebral, puede ser difícil saber cuál es la mejor manera de ayudarle. Puede que digan que están "bien", pero por su forma de actuar te das cuenta de que algo ha cambiado.
Si observa que su familiar o amigo tiene síntomas de lesión cerebral que empeoran o no mejoran, hable con él y con su médico para que le ayuden. También es posible que necesiten ayuda si puedes responder SÍ a alguna de las siguientes preguntas:
También puede hablar con personas que hayan pasado por lo mismo que usted. La Brain Injury Association puede ponerte en contacto con personas que pueden ayudarte.
Recursos para obtener ayuda
"Creía que estaba sola, pero no es así. Hay mucha gente ahí fuera que entiende por lo que he pasado".
Varios grupos ayudan a las personas con lesiones cerebrales y a sus familias. Proporcionan información y ponen a las personas en contacto con recursos locales, como grupos de apoyo, servicios de rehabilitación y diversos profesionales sanitarios.
Entre estos grupos, la Brain Injury Association of America (BIAA) tiene una oficina nacional que reúne información científica y educativa y trabaja a nivel nacional para ayudar a las personas con lesiones cerebrales. Además, 44 asociaciones estatales afiliadas de lesiones cerebrales proporcionan ayuda a nivel local.
Puede ponerse en contacto con la oficina de BIAA llamando a la línea gratuita de ayuda nacional de BIAA al 1-800-444-6443. También puede obtener información a través del sitio web nacional de BIAA en www.biausa.org. Tanto la línea de ayuda como el sitio web pueden proporcionarle información sobre la asociación estatal de lesiones cerebrales más cercana.
Encontrará más información sobre las lesiones cerebrales en la página web de los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC): www.cdc.gov/ncipc/tbi.
Para más información
1. Línea de ayuda nacional de BIAA: 1-800-444-6443
2. Sitio web de BIAA: biausa.org
3. Sitio web de los CDC: cdc.gov/ncipc/tbi
Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades
Agradecimientos
Este artículo se inspira en Charles N. (Nick) Simkins, renombrado abogado litigante especializado en casos de lesiones cerebrales traumáticas, descargas eléctricas y rayos. Su defensa de la disfunción sexual tras una lesión subraya la importancia de la compasión y la atención integral. Sus originales reflexiones ponen de relieve los retos y la importancia de romper el silencio en torno a esta cuestión profundamente personal. Lo que sigue ha sido editado para mayor extensión y claridad.
La lucha oculta
Mientras que las conversaciones sobre temas personales como las hemorroides o incluso el papel higiénico son cada vez más abiertas, las disfunciones sexuales provocadas por rayos, descargas eléctricas o lesiones cerebrales traumáticas permanecen en silencio. A pesar de su prevalencia en la literatura médica, los médicos rara vez preguntan sobre estas cuestiones, dejando a los pacientes que afronten los efectos físicos, emocionales y relacionales por su cuenta.
La disfunción sexual puede derivarse del dolor crónico, las lesiones cerebrales o psicológicas, la depresión, los efectos secundarios de la medicación y otros problemas comunes entre los supervivientes de estas lesiones. Este artículo pretende fomentar la comprensión, disipar la vergüenza y sentar las bases de conversaciones y tratamientos significativos.
Por qué es tan difícil hablar de ello
Incluso en una cultura en la que la sexualidad ocupa un lugar central en el humor, los medios de comunicación y las relaciones, hablar de problemas como la disminución de la libido o las complicaciones físicas puede resultar desalentador. Tanto los pacientes como los médicos pueden dudar, perpetuando ciclos de silencio e incomprensión. Como reflexiona el abogado Charles N. Simkins, su propia reticencia inicial a abordar esta cuestión reveló lo profundamente arraigados que están estos tabúes, incluso entre los profesionales.
Sin embargo, el silencio no hace sino agravar la frustración y el aislamiento a los que se enfrentan quienes padecen disfunciones sexuales. Reducir la brecha entre la experiencia vivida por el paciente y la comprensión del médico es esencial para la curación.
Entender el problema
Causas complejas
La función sexual depende de intrincados equilibrios: emoción, sincronización, salud física y factores ambientales. Las lesiones que alteran estos equilibrios pueden provocar:
Cambios físicos (por ejemplo, disfunción eréctil, disminución de la lubricación vaginal).
Repercusiones psicológicas (por ejemplo, depresión, TEPT o alteración de la autoimagen).
Efectos secundarios de la medicación que disminuyen la libido o la respuesta sexual
Para las parejas, estos cambios pueden dar lugar a malentendidos, sentimientos heridos y más tensión. Por ejemplo:
Una pareja herida puede evitar la intimidad por vergüenza, provocando sentimientos de rechazo en su cónyuge.
La pérdida de libido puede hacer que la pareja no lesionada asuma que a su ser querido ya no le importa, lo que crea un ciclo de culpabilidad, discusiones y mayor retraimiento.
El aspecto psicológico
Basándonos en el concepto psicológico de "caricias" (unidades de reconocimiento o validación emocional), está claro que las lesiones suelen alterar la forma en que las parejas conectan y se apoyan mutuamente. Sin este equilibrio, la intimidad puede tambalearse. Por ejemplo, las parejas que antes compartían risas durante la cena o disfrutaban bailando pueden ver sustituidas esas interacciones por citas terapéuticas y estrés.
Hacia las soluciones
Por qué es importante la salud sexual
Según la Organización Mundial de la Salud, la salud sexual es parte integrante del bienestar general e implica aspectos físicos, emocionales, intelectuales y sociales. Las relaciones sexuales sanas pueden:
Mejorar la calidad de vida
Reforzar los vínculos afectivos
Mejorar la salud física
Reconocer y tratar la disfunción sexual es un paso crucial para recuperar estos beneficios después de una lesión.
Qué pueden hacer los pacientes
Abrir una conversación con un médico puede resultar intimidante. Para ayudarle, piense en preparar una carta en la que explique:
Cambios en los patrones sexuales desde la lesión
Medicación actual (y preocupación por los efectos secundarios)
Preguntas sobre opciones de tratamiento o derivación a especialistas
Facilitar esta información por adelantado puede "romper el hielo" y animar al paciente y al médico a buscar soluciones.
Información médica
Numerosas investigaciones subrayan las conexiones entre las lesiones cerebrales, otras afecciones médicas y la disfunción sexual. Por ejemplo:
Cambios neurológicos: Los daños en los lóbulos frontales del cerebro o en el sistema límbico pueden alterar la libido, el comportamiento o la respuesta sexual.
Efectos secundarios de la medicación: Los antidepresivos, antihipertensivos y otros fármacos comúnmente prescritos después de las lesiones suelen afectar a la función sexual.
Alteraciones hormonales: Los traumatismos cerebrales pueden alterar la función hipofisaria, provocando desequilibrios hormonales que afectan a la libido y la excitación.
Factores emocionales y relacionales: La depresión, la ansiedad o los cambios de roles en la pareja suelen agravar los problemas físicos de la disfunción sexual.
Próximos pasos
La rehabilitación no consiste sólo en la recuperación física, sino en reconstruir vidas. Abordar las disfunciones sexuales forma parte de ese proceso. Aunque reconocer estos problemas requiere valor, existe ayuda. Existen soluciones para mejorar la salud sexual y la intimidad, desde la terapia hormonal y los medicamentos hasta el asesoramiento y las ayudas físicas.
Si tienes problemas, no esperes. Inicie hoy mismo la conversación con su pareja, su médico o un especialista.
Fuentes
Simkins, C. N. Reflexiones originales sobre la disfunción sexual tras una lesión.
Informes de la Organización Mundial de la Salud (OMS) sobre salud sexual.
Lezak, M. D. Evaluación neuropsicológica.
Rosenthal et al., Rehabilitación del adulto y el niño con lesión cerebral traumática.
Adams et al., Principios de Neurología.
Estudios clínicos adicionales sobre disfunción sexual y recuperación de lesiones cerebrales.
Los traumatismos craneoencefálicos (TCE) y los accidentes vasculares cerebrales (AVC) suelen provocar disfunciones visuales que afectan al equilibrio, la orientación espacial y la coordinación. Síntomas como la visión doble, los dolores de cabeza y la fatiga visual suelen deberse a alteraciones del sistema visual, incluso cuando no hay lesiones oculares directas. La rehabilitación neurooptométrica aborda estos problemas mediante terapias especializadas, como lentes y prismas, que ayudan a los pacientes a recuperar su independencia y mejorar su calidad de vida. Estos enfoques específicos se integran perfectamente en los esfuerzos de rehabilitación más amplios para favorecer la recuperación.
El traumatismo craneoencefálico (TCE) afecta a millones de personas cada año y repercute profundamente en sus vidas y en las de sus familias. Comprender la prevalencia, las causas y los resultados de las LCT es esencial para aumentar la concienciación y apoyar una atención y rehabilitación eficaces. Explore las últimas estadísticas sobre LCT para conocer mejor su impacto generalizado y la necesidad constante de una atención compasiva e integral.
Dr. C. OBREJA
211, rue Robespierre, 93170 Bagnolet, Francia
Introducción
El traumatismo craneoencefálico (TCE) es la principal causa de muerte en pacientes menores de 45 años (1). La biomecánica del TCE explora los fenómenos mecánicos que causan las lesiones craneoencefálicas iniciales y, por lo tanto, representa el punto de partida para la comprensión global de la fisiopatología del TCE. La LCT es consecuencia de las variaciones espaciotemporales de presión que se producen en el interior del cerebro durante los traumatismos craneoencefálicos. La distribución espacial del gradiente de presión (PG) es responsable de las tensiones tisulares (compresión, tracción, cizallamiento), la localización de las lesiones cerebrales y los consiguientes signos neurológicos (2). Además de la deformación del cráneo causada por la carga de contacto y las vibraciones y/o fracturas craneales determinantes, las teorías biomecánicas actuales se refieren a dos fenómenos inerciales: la aceleración lineal y los movimientos rotacionales de la cabeza. La primera teoría explica las lesiones cerebrales superficiales. La segunda teoría parece explicar mejor las lesiones cerebrales profundas y el mecanismo de la conmoción cerebral, pero sigue siendo controvertida (3). Aquí se expone un nuevo enfoque biomecánico que puede explicar las lesiones cerebrales profundas y los signos neurológicos comunes observados tras traumatismos craneales humanos.
Lesiones cerebrales traumáticas
Actualmente se describen lesiones cerebrales focales y difusas. Las lesiones focales, también llamadas contusiones cerebrales, son hemorrágicas y son visibles en exámenes radiológicos realizados con frecuencia como la tomografía computarizada de rayos X. Las lesiones focales suelen localizarse en las estructuras cerebrales superficiales, cerca del cráneo, pero a veces se producen hematomas cerebrales profundos. Las lesiones focales siempre coexisten con diferentes grados de lesiones cerebrales difusas, también denominadas "lesión axonal difusa" (DAI). La DAI se concentra en las regiones cerebrales profundas y no es visible en los exámenes radiológicos. En función de su gravedad, la lesión axonal difusa es la principal responsable de diversos grados de alteración de la conciencia y de la evolución clínica posterior (2). La entidad clínica que corresponde al sentido más bien patológico del término IAD es la conmoción cerebral.
Teorías actuales
La teoría de la aceleración lineal se evocó por primera vez hace aproximadamente un siglo. Durante un impacto en la cabeza se producen movimientos relativos e impactos secundarios entre el cráneo y el cerebro. La presión aumenta en las estructuras cerebrales superficiales por debajo de la zona de impacto, proporcionalmente a la aceleración lineal de la cabeza (4). Esta teoría explica la aparición de lesiones cerebrales superficiales. No puede explicar la localización preferente de la AID en las estructuras cerebrales profundas (8), ni el hematoma cerebral profundo traumático. Tampoco puede explicar por qué la pérdida de conciencia y los problemas de memoria son los signos clínicos más frecuentes tras un traumatismo craneoencefálico, a pesar de que las estructuras cerebrales sensibles están localizadas en profundidad.
Según la teoría de los movimientos de rotación evocada en 1943 por Holbourn (5), la IAD y el hematoma cerebral profundo están causados por las tensiones de tracción que se producen entre las estructuras cerebrales superficiales y profundas durante los movimientos circulares de la cabeza. En una amplia serie de experimentos con primates, Thibault y Gennarelli apoyaron especialmente el papel de los movimientos de rotación en la aparición de la IAD (6).
Las consecuencias de las vibraciones del cráneo son poco conocidas. Es probable que las vibraciones craneales de baja frecuencia (por debajo de 200 Hz) causen principalmente lesiones cerebrales profundas, mientras que las vibraciones de alta frecuencia tienen más consecuencias en las estructuras cerebrales superficiales (7).
En los traumatismos craneoencefálicos de la vida real coexisten todos estos fenómenos. Mientras tanto, la IAD y la conmoción cerebral también se producen en traumatismos craneoencefálicos experimentales con aceleración lineal pura (5), aunque, según el enfoque actual, la teoría de la aceleración lineal no puede explicar cómo pueden lesionarse las estructuras cerebrales profundas mientras se respetan las estructuras cerebrales superficiales.
Teoría estereotáctica
El enfoque estereotáctico tiene en cuenta la forma geométrica de la interfaz cráneo-cerebro, las estrechas interacciones entre ambas estructuras durante sus movimientos relativos y la propagación resultante de las ondas de presión.
La forma de la interfaz cráneo-cerebro es aproximadamente esférica. Los movimientos relativos cráneo-cerebro, provocados por los fenómenos de aceleración -lineal o rotacional- y por las vibraciones del cráneo, generan ondas de presión secundarias con un frente de onda aproximadamente esférico. Dado que el tejido cerebral es isótropo en planos concéntricos, la velocidad de propagación de la onda hacia las estructuras cerebrales profundas es espacialmente homogénea.
C = (E/r)0,5
C = velocidad de propagación de la onda; E = resiliencia; r = densidad
La forma esférica del frente de onda se conserva así. Su radio y su superficie disminuyen progresivamente. A pesar del fenómeno de atenuación y según la ley de conservación de la energía, la amplitud de las ondas de presión, y por tanto el gradiente de presión, aumenta progresivamente hacia las estructuras cerebrales profundas. Será máximo en el centro geométrico del segmento de bóveda craneal implicado (figura 1), sobre todo si antes no se produce ningún proceso significativo de consumo de energía en las estructuras cerebrales superficiales. Si se produce una contusión cerebral superficial de este tipo, se delimita un "cono de sombra" de la onda de presión hacia las estructuras cerebrales profundas y, por tanto, se perturban en parte los fenómenos de suma estereotáctica.
En los impactos de energía baja o media, las vibraciones del cráneo desempeñan un papel importante al generar frentes de onda sucesivos. Los efectos acumulativos relacionados con los fenómenos de suma temporal se suman así a los espaciales (estereotácticos).
En los impactos de alta energía, predominan los fenómenos de aceleración. Debido a las fracturas de cráneo que suelen producirse, las vibraciones craneales se ven perturbadas y sus consecuencias estereotácticas se reducen. Mientras tanto, los efectos de la alta aceleración disminuyen la importancia relativa de las consecuencias de las vibraciones craneales.
Debate y conclusión
Los fenómenos estereotácticos explican signos neurológicos comunes
Los fenómenos estereotácticos explican por qué la pérdida de conciencia inicial y reversible (PICR) es el signo neurológico postraumático más frecuente, aunque la estructura implicada -la materia reticulada ascendente (MRA)- se sitúe en las regiones cerebrales profundas. También puede explicar por qué, tras el IRLC, la mayoría de los pacientes no presentan ningún déficit neurológico focal (motor, sensitivo o visual) relacionado con lesiones de las estructuras cerebrales superficiales o deterioro funcional. La recuperación funcional es más rápida para los circuitos neuronales con lesiones de menor infraestructura y si las lesiones superficiales fueran más importantes que las profundas, la recuperación de los déficits focales sería más larga que la recuperación de la conciencia.
Los fenómenos estereotácticos también explican la elevada incidencia de las alteraciones de la memoria tras un traumatismo craneoencefálico como consecuencia de la alteración funcional o de lesiones de los circuitos neuronales periventriculares. Hasta donde sabemos, ésta es la primera teoría que explica estos fenómenos clínicos. El deterioro funcional aislado de la ARM también podría explicarse por el hecho de que las fibras neuronales consistentes son menos resistentes porque no están mielinizadas. Este argumento no es aplicable a las fibras neuronales mielinizadas cuyo deterioro funcional o lesiones generan las frecuentes alteraciones de la memoria postraumática.
Los fenómenos estereotácticos explican las lesiones cerebrales profundas
El enfoque estereotáctico también puede explicar la localización preferente de la DAI en la corona radiata, el cuerpo calloso, el fórnix y la parte superior del tronco encefálico (8). Estas regiones anatómicas corresponden a centros geométricos de diferentes segmentos de la bóveda craneal. Los hematomas cerebrales traumáticos profundos también pueden comprenderse mejor, ya que se producen cerca del centro geométrico de la bóveda craneal.
Los fenómenos estereotácticos explican la importancia de las lesiones cerebrales de contorno
Los fenómenos estereotácticos explican por qué las lesiones cerebrales de contorno (LCC) son a menudo más importantes que las lesiones directas (LD). El radio de curvatura del segmento lateral del cráneo es aproximadamente igual al diámetro del cráneo biparietal. Según la teoría estereotáctica las LCC son la consecuencia de la sumación estereotáctica de las ondas de presión hacia el centro geométrico del segmento de bóveda craneal implicado. Así pues, hasta un impacto lateral de energía crítica, el CCL se produce antes que el DL.
Los fenómenos estereotácticos explican por qué las contusiones cerebrales (directas o contrecoup) se localizan a menudo en los lóbulos temporal y frontal. Estas regiones cerebrales corresponden a pequeños segmentos de radio de curvatura del cráneo y contienen su centro geométrico, donde se produce la máxima suma estereotáctica.
Los fenómenos estereotácticos están respaldados por datos experimentales comunicados anteriormente
En experimentos más antiguos, Gurdjian observó diferencias significativas entre la localización del IAD tras impactos en la cabeza de primates y perros. Los cerebros de los primates presentaban un IAD predominante en la parte superior del tronco encefálico, mientras que el IAD de los perros se concentraba en las regiones inferiores del tronco encefálico (9). Estas diferencias no tienen explicación en las teorías biomecánicas actuales, pero pueden entenderse fácilmente según el enfoque estereotáctico por la diferencia entre la forma de las bóvedas craneales de los animales y la localización geométrica de su centro. Según el enfoque estereotáctico, el IAD se concentra en el centro geométrico de la bóveda craneal y, como la bóveda craneal de los primates es más curvada, su centro geométrico se sitúa más alto que el de los perros.
Otros fenómenos estereotácticos
La radiocirugía utiliza el principio estereotáctico para evitar la irradiación masiva de las estructuras superficiales cuando hay que irradiar una lesión cerebral profunda (tumor, malformación). La dosis total de irradiación, destinada a destruir la lesión profunda, se fracciona espacialmente en muchos haces convergentes. De este modo, las estructuras superficiales sólo reciben pequeñas fracciones de la dosis total de irradiación y se conservan.
Los sonidos también son ondas de presión. Los micrófonos con superficies reflectantes parabólicas y la arquitectura de las salas de conciertos utilizan el principio estereotáctico en aplicaciones acústicas.
Conclusión
Los fenómenos estereotácticos pueden explicar signos neurológicos postraumáticos y lesiones cerebrales comunes. Su complementariedad con otras teorías biomecánicas podría permitirnos integrar la biomecánica de la LCT en un concepto común para comprender mejor la fisiopatología de la LCT y también entidades patológicas relacionadas como la encefalopatía crónica del boxeador o incluso la enfermedad de Alzheimer (10). Se necesita más investigación experimental y especialmente observacional en humanos sobre la biomecánica de la LCT.
Referencias
McIntosh TK, Smith DH, Meaney DF, Kotapka MJ, Gennarelli TA, Graham DI. Secuelas neuropatológicas de la lesión cerebral traumática: relación con los mecanismos neuroquímicos y biomecánicos. Lab Invest 74: 315-42, 1996
Teasdale, G, Mathew, P. Mechanisms of cerebral concussion, contusion and other effects of head injury. En: Julian R. Youmans editor, Neurological surgery. 4th ed. New York: W B Saunders Co, p 1533-46, 1996.
McLean, AJ ¿Lesión cerebral sin impacto en la cabeza? En: Bandak, A.F., Eppinger, R.H., Ommaya, A.K. editores, Traumatic brain injury: bioscience and mechanics. Larchmont, NY, Mary Ann Liebert Inc, p 45-9, 1996.
Nahum, AM, Smith, RW, Ward, CC. Intracranial pressure dynamics during head impact. Proc. 21st Stapp Car Crash Conference, SAE No. 770922 p 339-66, 1977.
Holbourn, AS. Mechanics of head injuries. Lancet 2: 438-41, 1943
Thibault, LE, Gennarelli, TA. Brain injury: an analysis of neural and neurovascular trauma in the nonhuman primate. 34th Annual proceedings of the Association for the Advancement of Automotive Medicine, Des Plaines, IL, p 337-51, 1990.
Willinger, R, Taleb, L, Kopp, C. Modal and temporal analysis of head mathematical models. En: Bandak, A.F., Eppinger, R.H., Ommaya, A.K. editores, Traumatic brain injury: bioscience and mechanics. Larchmont, NY, Mary Ann Liebert Inc. p. 265-76, 1996.
Blumbergs, PC, Scott, G, Manavis, J, Wainwright, H, Simpson, DA, McLean, AJ. Tinción del precursor amiloide para estudiar el daño axonal en el traumatismo craneoencefálico leve. Lancet 344: 1055-6, 1994.
Gurdjian, ES. Recent advances in the study of the mechanism of impact injury of the head - a summary. Clin Neurosurg 19: 1-42, 1972.
van Duijn, CM, Tanja, TA, Haaxma R Head trauma and the risk of Alzheimer desease Am J Epidemiol 135: 775-782, 1992.
En los últimos 10 años, a raíz de un artículo escrito por el Dr. Brent Masel, Vicepresidente Ejecutivo de Asuntos Médicos y científico del CNS, nuestra visión de las lesiones cerebrales traumáticas ha cambiado significativamente.
Una lesión cerebral traumática ya no se ve como un hecho aislado singular, sino que se cree que es el inicio de un proceso de enfermedad. Según nuestro fundador, el Dr. Mark Ashley, una lesión cerebral traumática es causante y aceleradora de enfermedad. En CNS y CNS-CREF estamos comprometidos con la búsqueda de una cura para esa enfermedad.
No creemos que la cura de la LCT consista en hacer que el individuo vuelva a ser como era antes de la lesión. La analogía sería más bien un coche que ha sufrido un grave accidente. Una vez reparado, no es como era antes, pero es funcional. Y nuestro objetivo es restaurar las funciones perdidas en una LCT.
Sabemos que la cura no se deberá a un descubrimiento científico individual y solitario. Más bien, la cura es un enorme rompecabezas con miles y miles de piezas y, por lo tanto, curaremos las lesiones cerebrales pieza a pieza. Los terapeutas y médicos especializados en lesiones cerebrales ya han encontrado muchas de esas piezas. Hemos curado muchos aspectos de los problemas de habla y deglución, problemas motores, cognitivos y de comportamiento. Hemos puesto fin a las convulsiones.
Pero hay mucho más por hacer, muchas piezas del rompecabezas por descubrir. En el CNS, encontrar esas piezas es un objetivo primordial de todo lo que hacemos cada día, cada hora y cada segundo. Nuestros médicos y científicos están comprometidos con la búsqueda de nuevas formas de restaurar la función. Estamos verdaderamente comprometidos con la búsqueda de la cura.
La gravedad de una LCT puede variar de "leve", es decir, un breve cambio en el estado mental o la consciencia, a "grave", es decir, un periodo prolongado de inconsciencia o amnesia tras la lesión. Las LCT pueden causar una amplia gama de cambios funcionales a corto o largo plazo que afectan al pensamiento, las sensaciones, el lenguaje o las emociones.
Los traumatismos craneoencefálicos también pueden causar epilepsia y aumentar el riesgo de padecer enfermedades como el Alzheimer, el Parkinson y otros trastornos cerebrales que aumentan con la edad.1
Alrededor del 75% de los traumatismos craneoencefálicos que se producen cada año son conmociones cerebrales u otras formas de traumatismo craneoencefálico leve.2
Las LCT leves repetidas que se producen a lo largo de un periodo de tiempo prolongado (es decir, meses, años) pueden dar lugar a déficits neurológicos y cognitivos acumulativos. Los traumatismos craneoencefálicos leves repetidos que ocurren en un corto periodo de tiempo (es decir, horas, días o semanas) pueden ser catastróficos o mortales.3
Consejos generales para ayudar a la recuperación
Referencias
Fuente: Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades
Aproximadamente la mitad de los pacientes con traumatismos craneoencefálicos graves necesitarán cirugía para extirpar o reparar hematomas (vasos sanguíneos rotos) o contusiones (tejido cerebral magullado). Las discapacidades derivadas de un traumatismo craneoencefálico dependen de la gravedad de la lesión, de su localización y de la edad y el estado general de salud de la persona. Algunas discapacidades comunes incluyen problemas de cognición (pensamiento, memoria y razonamiento), procesamiento sensorial (vista, oído, tacto, gusto y olfato), comunicación (expresión y comprensión) y comportamiento o salud mental (depresión, ansiedad, cambios de personalidad, agresividad, mal comportamiento e inadecuación social). Los traumatismos craneoencefálicos más graves pueden provocar estupor, un estado en el que el individuo no responde, pero puede ser despertado brevemente por un estímulo fuerte, como un dolor agudo; coma, un estado en el que el individuo está totalmente inconsciente, no responde, no es consciente y no puede despertar; estado vegetativo, en el que un individuo está inconsciente y no es consciente de lo que le rodea, pero sigue teniendo un ciclo de sueño-vigilia y periodos de alerta; y estado vegetativo persistente (EVP), en el que un individuo permanece en estado vegetativo durante más de un mes.
Fuente: Instituto Nacional de Trastornos Neurológicos y Accidentes Cerebrovasculares
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