Una lesión cerebral puede ser un acontecimiento devastador y catastrófico. Es probable que la persona lesionada haya quedado comprometida física, emocional y mentalmente. Para cualquier persona cercana a la persona lesionada, el miedo puede dominar todos los ámbitos de la vida. Nuevas preocupaciones pueden inquietar a la familia y/o al cónyuge a diario. El miedo a los problemas económicos, a lo desconocido y a la capacidad del paciente para recuperarse se convierte en una nueva realidad.
El miedo es normal y cada persona lo expresa de forma diferente. Por lo tanto, es de esperar que la familia pase por el miedo. Afortunadamente, existen recursos que alivian la carga del miedo y pueden dar perspectiva sobre las dificultades que puede generar una lesión.
Para las familias, expresar esta emoción entre ellas y buscar orientación y apoyo en el asesoramiento puede mitigar el poder del miedo. CNS ofrece asesoramiento individual y en grupo, y proporciona recursos comunitarios para grupos de apoyo. En el entorno seguro del asesoramiento, las familias pueden aprender que no tienen por qué atravesar el miedo solas. Compartir con los demás y ser escuchado por los compañeros ayuda a aliviar la sensación de que no hay ningún lugar al que acudir.
Otra opción a considerar es aprender más sobre la lesión cerebral y hacer preguntas al equipo de tratamiento del paciente. La educación y el conocimiento pueden ofrecer una perspectiva de la lesión cerebral y de lo que cabe esperar a medida que avanza la rehabilitación. Saber también que el tratamiento se adapta a la lesión cerebral de cada paciente puede fomentar la comprensión del proceso y las perspectivas de futuro.
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