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Traumatismo craneoencefálico y conmoción cerebral

Las personas suelen cambiar después de sufrir una lesión cerebral. El propósito de esta sección es ayudarle a evaluar si usted o alguien cercano sufre o no una lesión cerebral traumática leve (MTBI), un síndrome postconmoción (PCS) o una lesión más grave. Proporciona información sobre la evaluación y el tratamiento de la LCTM, bibliografía y un curso de formación continua.

Centre for Neuro Skills empezó a trabajar con esta población en 1980 y, hasta la fecha, aproximadamente el 10% de nuestros clientes han sido diagnosticados de MTBI y/o PCS. Evaluamos empíricamente nuestro éxito y lo medimos en función de cuántos de nuestros clientes vuelven a trabajar y cuántos ponen fin a su dependencia del tratamiento médico.

Evaluación

Comité de Lesiones Cerebrales Traumáticas Leves del Grupo Interdisciplinario de Interés Especial en Lesiones Craneales del Congreso Americano de Medicina de Rehabilitación (1993). Definición de lesión cerebral traumática leve. Journal of Head Trauma Rehabilitation, 8(3), 86-87.

Un paciente con traumatismo craneoencefálico leve es una persona que ha sufrido una alteración fisiológica de la función cerebral inducida por un traumatismo y manifestada por al menos uno de los siguientes factores:

  1. cualquier periodo de pérdida de conocimiento;
  2. cualquier pérdida de memoria de los acontecimientos inmediatamente anteriores o posteriores al accidente;
  3. cualquier alteración del estado mental en el momento del accidente (por ejemplo, sensación de aturdimiento, desorientación o confusión);
    déficit(s) neurológico(s) focal(es) que puede(n) ser transitorio(s) o no, pero cuya gravedad no supere lo siguiente:
    a. pérdida de conocimiento de aproximadamente 30 minutos o menos;
    b. después de 30 minutos, una Escala de Coma de Glasgow (GCS) inicial de 13-15; y
    c. amnesia postraumática (PTA) no superior a 24 horas.

  • Determinar si se perdió o no la consciencia

  • Determinar la duración (o estimación) de la pérdida de consciencia

  • Determinar si hubo alteración de la conciencia (aturdido, atontado, confuso).

  • Determinar la duración de la alteración de la conciencia

  • Caracterizar detalladamente cómo se produjo el perjuicio

  • Documentar la información clave relativa a la biomecánica de la lesión (cantidad de fuerza, fuerzas rotatorias presentes, acompañamiento de la caída, tamaño y velocidad de los vehículos u objetos contra los que se ha chocado, daños a los vehículos u objetos contra los que se ha chocado, detallar todas las demás lesiones corporales sufridas).

  • Determinar los antecedentes de traumatismo craneoencefálico o conmoción cerebral previa mediante entrevista con el paciente y la familia.

  • Determinar el consumo previo de alcohol

  • Determinar el consumo previo de sustancias

  • Determinar anteriores actividades profesionales, puestos y duración de las mismas.

  • Determinar las actividades de ocio anteriores, incluidas las aficiones, el atletismo y otras actividades recreativas.

  • Determinar y, si es posible, obtener el expediente académico y descartar la preexistencia de trastorno por déficit de atención o dificultades de aprendizaje.

  • Determinar la historia social/legal

  • El término "conmoción cerebral" debe evitarse y sustituirse por el término "lesión cerebral traumática leve" (LCTL) (Congreso Americano de Medicina de Rehabilitación, 1992[3]).

  • Determinar los patrones de sueño actuales: hora de acostarse, hora de dormir, horas de vigilia, actividades durante la vigilia, hora de levantarse y descanso al despertarse.
  • Determinar los hábitos alimentarios
  • Determinar la rutina de ejercicios
  • Determinar el consumo de cafeína y nicotina y registrar cualquier cambio desde la lesión.
  • Determinar los antecedentes médicos
  • Determinar el historial médico familiar
  • Determinar los medicamentos anteriores
  • Determinar la medicación actual; crónica de los cambios de medicación.
  • Comprobar la función neuroendocrina: FSH, LH, IGF-1, T3, T4, TSH, testoserona libre, testoserona total, estradiol, progesterona, cortisol.
  • Comprobar si hay hipercolesterolemia, aumento de peso e intolerancia al ejercicio.
  • Correlacionar la sintomatología con la medicación. Revisar los posibles efectos secundarios. Determinar el uso de medicamentos/vitaminas/suplementos de venta libre.
  • Revisar electroencefalogramas
  • Revisar TC y RM de la cabeza. Anotar la intensidad de la RM. Revisar los senos paranasales
  • Revisión de las radiografías de cráneo
  • Revisión de radiografías, TAC y RM cervicales
  • Revisar el historial de cefaleas. Caracterizar las cefaleas para diferenciarlas de sinusitis, tensión, disfunción de la ATM, abstinencia de medicación/sustancias, migraña. Las cefaleas deben caracterizarse y describirse por completo
  • Caracterizar y describir todas las molestias visuales. Diferenciar la visión borrosa de la diplopía. Evaluar los campos visuales y la motricidad ocular. Determinar la presencia de fotofobia, supresión de imagen, persistencia de imagen.
  • Caracterizar y describir todas las quejas de dolor, así como los tratamientos anteriores/actuales para las mismas.
  • Caracterizar las quejas de mareo, desequilibrio y descoordinación.
  • Evaluar el equilibrio mediante la bipedestación protegida, Romberg, marcha en estrella
  • Evaluar el historial de equilibrio en condiciones de poca luz
  • Evaluar si hay fístula perilinfática, cupulolitiasis y vértigo cervical.
  • Evaluar el estado cardiaco y los niveles séricos de glucosa como posibles factores contribuyentes al mareo.
  • Revisar ENG's

Caracterizar la rutina diaria del individuo.

  • Describa detalladamente el historial profesional de la persona

  • Describa detalladamente la descripción del trabajo actual de la persona. Indique si el trabajo es a tiempo completo, a tiempo parcial, estacional, etc.

  • Determinar la presencia o ausencia de ingresos complementarios del seguro de invalidez

  • Determinar el nivel de indemnización por incapacidad temporal

  • Determinar la presencia de un acuerdo de continuación salarial

  • Determinar el estado frente a la indemnización por pérdida de salario

  • Evaluar ansiedad, depresión, ataques de pánico, somatización, hipocondriasis, fingimiento.
  • Evaluar los problemas de ganancia secundaria
  • Evaluar la adaptación/ajuste del sistema familiar
  • Diferenciar los síntomas psiquiátricos de los síntomas iatrogénicos o inducidos por convulsiones.

  • Evaluar la forma física y el acondicionamiento general, la fuerza muscular, la amplitud de movimiento, la sensibilidad y la propiocepción.
  • Caracterizar las quejas de dolor
  • Diagnóstico del equilibrio y la coordinación

Pruebas a tener en cuenta: MMPI-II, Inventario de Depresión de Beck, Análisis del Temperamento de Taylor-Johnson, FIRO-B, Batería Psicoeducativa Woodcock-Johnson, Pruebas Detroit de Aptitudes de Aprendizaje, Prueba de Categorías de Cuadernillos, Clasificación de Tarjetas de Wisconsin, Trails-A & B, Batería Neuropsicológica, Prueba de Logros de Amplio Rango, Prueba de Percepción Visual Libre de Motores, Prueba de Habilidades de Percepción Visual y la Evaluación Perceptivo Motora del Valle de Santa Clara.

Tratamiento

  • Revisar los analgésicos para evitar medicamentos que puedan causar dependencia o cefalea de rebote.

  • Evite los medicamentos sin receta que contengan cafeína como Excedrin, Anacin.

  • Reducir gradualmente la ingesta de cafeína, sobre todo en personas irritables o con trastornos del sueño.

  • Considerar la utilización a corto plazo (90-120 días) de la terapia estimulante. Esto es particularmente útil en los casos en los que se demuestre que la velocidad de procesamiento está retrasada o ralentizada. El Ritalin puede ser particularmente eficaz, iniciando la terapia con 10 mg. a las 8:00 a.m. durante 3-4 días, progresando a 10 mg. a las 8:00 a.m. y 10 mg. al mediodía, progresando a 20 mg. a las 8:00 a.m. y 10 mg. al mediodía, progresando a 20 mg. a las 8:00 a.m. y 20 mg. al mediodía durante un período de aproximadamente 90 días. La medicación debe reducirse gradualmente en un programa similar al del inicio de la terapia.

  • Los antiansiolíticos deben retirarse sistemáticamente. Pueden considerarse terapias antidepresivas. La respuesta preferente parece estar relacionada con los medicamentos serotoninérgicos. En caso de sedación diurna indebida con medicamentos serotoninérgicos, considerar cambiar la dosis antes de acostarse.

  • La ayuda farmacológica para restablecer los patrones de sueño puede utilizarse a corto plazo. Pueden utilizarse medicamentos como Restoril y Ambien, que deben reducirse antes de dejar de tomarlos. El total de días utilizados debe ser inferior a dos semanas. Debe iniciarse un programa para la educación del sueño y el retorno a un ciclo y patrón de sueño normales. Las siestas deben reducirse al intentar restablecer un ciclo de sueño normal. Se debe regular la hora de acostarse y levantarse. Se debe aconsejar a la persona que permanezca en la cama con las luces apagadas si se despierta durante la noche. A una persona que se despierta por la actividad de un sueño se le puede aconsejar que siga una dieta baja en sodio y que se hidrate abundantemente antes de acostarse. A las personas cuyo sueño se interrumpe para orinar se les puede aconsejar que restrinjan la ingesta de líquidos dos horas antes de acostarse, vaciando la vejiga antes de retirarse. Debe fomentarse el uso de un despertador para garantizar una hora de levantarse constante y rutinaria. Debe realizarse ejercicio en las primeras horas del día para aumentar la condición física. Debe evitarse el ejercicio por la noche.

  • Las quejas de paratesias o radiculopatía deben evaluarse mediante imágenes sofisticadas de la región cervical o de la región torácica/lumbar apropiada.

  • El tratamiento de las cefaleas debe llevarse a cabo tras una cuidadosa diferenciación de las posibles etiologías, con consultas apropiadas para las cefaleas derivadas de sinusitis, disfunción de la articulación temporomandibular o distensión/esguince cervical. Además, debe tenerse en cuenta la contribución de la hipersensibilidad vestibular al aumento de la tensión en la musculatura cervical. La distensión/esguince cervical de larga duración se asocia a menudo con disfunción de la articulación temporomandibular y cefalea como tríada sintomática. Debe considerarse la posibilidad de complementar los tratamientos anteriores con relajación, imaginería visual o hipnoterapia.

  • Los medicamentos para el mareo, como Antivert, deben evitarse siempre que sea posible. En su lugar, se debe realizar fisioterapia para el tratamiento de la hipersensibilidad vestibular con medicación orientada al confort, como por ejemplo para las náuseas. En casos extremos, puede ser necesaria la utilización de medicamentos como Antivert, que deben utilizarse de forma gradual junto con el tratamiento de la hipersensibilidad vestibular.

  • Debe realizarse una cuidadosa evaluación neurooftalmológica de las quejas de visión borrosa, visión doble, dificultad para leer, etc. Debe medirse la diplopía con documentación de la divergencia en dioptrías prismáticas, debe caracterizarse el nistagmo, deben caracterizarse las actividades oculomotoras, los campos visuales y la agudeza visual. Debe remitirse al paciente a terapia ocupacional o terapia visual para tratar los déficits oculomotores que provocan déficits en sacadas, persecuciones o diplopía. Debe evitarse el uso de parches. El uso de lentes prismáticas graduadas puede ser útil. Las cirugías de reparación del estrabismo deben evitarse hasta al menos un año después de la lesión y hasta que no se observe progresión en la resolución de la divergencia ocular. En caso de que se realice una reparación del estrabismo, lo mejor es hacerlo con suturas ajustables. La necesidad de realizar estas cirugías es rara en el síndrome post-conmoción.

  • Debe remitirse al paciente a fisioterapia para aumentar la flexibilidad y la movilidad, mejorar la fuerza, mejorar la resistencia cardiorrespiratoria, mejorar la resistencia muscular, mejorar la amplitud de movimiento, disminuir el dolor y tratar la hipersensibilidad vestibular. La fisioterapia debe evaluar cuidadosamente las posiciones para dormir en los casos que impliquen dolor de espalda. Debe emprenderse un programa rutinario de ejercicios para mejorar la condición física. Si existen problemas de sueño, debe hacerse todo lo posible por realizar la rutina de ejercicios en horas distintas de las nocturnas.

  • El dolor musculoesquelético debe tratarse de forma agresiva mediante modalidades como movilización, calor/frío, ultrasonidos, anestesia regional, anestesia inducida por guante de hipnoterapia, biorretroalimentación, analgésicos no opiáceos y relajantes musculares.

  • El objetivo del médico tratante debe ser progresar gradualmente a no tomar medicamentos a largo plazo, con la posible excepción de antidepresivos o medicamentos que alteren el estado de ánimo (litio) en personas con una afección crónica previa a la lesión o anticonvulsivos en personas con un trastorno convulsivo. Esto no excluye el uso a largo plazo de medicamentos crónicos como antihipertensivos, etc., cuando se utilicen para esas afecciones. Cualquier hipertensivo utilizado para el descontrol conductual debe ser destetado. A menudo se prefiere la anestesia regional combinada con terapia física/ocupacional para evitar complicaciones iatrogénicas. Los analgésicos opiáceos sólo deben utilizarse como último recurso.

  • El individuo debe ser derivado a un tratamiento diseñado para mejorar la capacidad de mantener el foco de atención, la capacidad de cambiar el foco de atención, la capacidad de mantener la vigilancia, la identificación de características perceptivas, la categorización, la rigidez cognitiva, la flexibilidad cognitiva y la velocidad de procesamiento.

  • Debe intentarse comprender la contribución etiológica relativa a la disminución de la función cognitiva del daño neurológico frente a los trastornos psicológicos/emocionales como la ansiedad y la depresión.

Se debe educar a la familia sobre todos los déficits y su relación con la lesión por conmoción cerebral. La familia debe ser educada con respecto a la importancia de todas las intervenciones y la relación de las intervenciones entre sí. La familia debe comprender el papel de los medicamentos y sustancias, tanto beneficiosos como perjudiciales. Los sistemas familiares deben ser evaluados y se debe proporcionar asesoramiento tanto a las familias como a los individuos lesionados a efectos de este proceso educativo y de adaptación a los cambios bruscos en las rutinas y estilos de vida.

  • Los diagnósticos psiquiátricos/psicológicos deben hacerse cuidadosamente, descartando la influencia de medicamentos, trastornos del sueño, trastornos convulsivos parciales complejos y características de personalidad anteriores a la lesión. Los esfuerzos de asesoramiento deben ser rutinarios con fines educativos y de adaptación a los cambios de rutina, estilo de vida, vocación, familia, etc. El asesoramiento debe abordar las cuestiones de rendimiento sexual desde una perspectiva educativa. La reducción de la libido masculina suele estar relacionada con problemas emocionales o neuroendocrinos, mientras que dificultades como la incapacidad para mantener la erección pueden estar relacionadas con déficits atencionales y/o depresión.

  • El terapeuta debe garantizar una vuelta gradual al estilo de vida y a la rutina normales antes de interrumpir el tratamiento.

  • Puede ser necesario realizar hipoterapia, enfoques de desensibilización sistemática, enfoques de relajación, hipnoterapias, terapia emotiva racional o biorretroalimentación, de forma aislada o conjunta.

  • Se debe educar sobre el carácter acumulativo de las lesiones cerebrales traumáticas leves y aconsejar que se evite la realización de actividades que puedan provocar lesiones adicionales.

La reincorporación a la actividad profesional es posible en la mayoría de los casos; sin embargo, sólo debe emprenderse tras la resolución de los problemas en todas las demás áreas. La reincorporación al trabajo debe graduarse de tiempo parcial a tiempo completo y debe estar supervisada por un consejero de rehabilitación profesional competente que observe el rendimiento laboral con regularidad, se reúna con el trabajador lesionado con regularidad y se reúna con el empresario con regularidad. Se debe considerar la utilización de un preparador laboral para ayudar en la colocación inicial. El contacto debe ser, como mínimo, tres veces por semana. Las modificaciones del puesto de trabajo y/o del lugar de trabajo pueden ser aconsejables para aquellas personas que hayan sufrido una pérdida olfativa.

Deben compararse cuidadosamente los conjuntos de habilidades académicas anteriores a la lesión y determinarse las congruencias con los logros y aptitudes profesionales. Debe prestarse atención a las capacidades de almacenamiento icónico, almacenamiento ecoico, vigilancia visual y atencional, comprensión lectora, velocidad lectora y capacidad de cálculo matemático.

Descargo de responsabilidad: La información de esta sección sólo pretende ayudar al lector que utiliza este sitio web. No constituye necesariamente una declaración definitiva sobre el tema. Por la presente, los autores declinan toda responsabilidad, incluida la responsabilidad por negligencia, que pudiera derivarse de actos u omisiones, directos o indirectos, por parte de la persona que utilice este sitio web. Las necesidades de cada persona deben evaluarse de forma individual, a menudo en consulta con un profesional sanitario cualificado, utilizando procedimientos adecuados a las necesidades de cada persona.

Tratamiento de la MTBI en el CNS

El inicio y las consecuencias de una conmoción cerebral y una lesión cerebral traumática pueden pasar desapercibidos fácilmente para la persona lesionada, sus seres queridos y los médicos. Tanto si la causa es una lesión deportiva, una caída o un accidente laboral, Centre for Neuro Skills cuenta con la experiencia necesaria para identificar y tratar este tipo de dolencias. Nuestros experimentados terapeutas pueden identificar las sutilezas de la conmoción cerebral y la MTBI, que pueden no conocerse inmediatamente después de un incidente. A menudo, la vuelta a los deportes o al trabajo activo agrava la lesión, y las personas suelen ignorar los signos físicos que deberían tratarse. El daño real puede no ser obvio, pero pueden surgir problemas misteriosos y frustrantes que pueden conducir a una espiral de disfunción. Desde su creación en 1980, CNS ha tratado la conmoción cerebral y MTBI en atletas profesionales, estudiantes lesionados en deportes escolares, y los pacientes de compensación de trabajadores que han sido heridos en el trabajo.

Retorno al deporte tras una lesión cerebral traumática

Es probable que la actividad metabólica del cerebro se vea alterada durante aproximadamente 30 días después de una MTBI. La actividad debe reducirse considerablemente hasta que el paciente esté libre de síntomas. Una vez que el paciente esté libre de síntomas, podrá retomar gradualmente la actividad cognitiva y física general. El paciente no debe volver a realizar actividades que supongan un riesgo de golpe en la cabeza al menos hasta que los síntomas no puedan provocarse o hasta al menos 30 días después de la lesión inicial. Si el traumatismo craneoencefálico es grave o repetitivo, el paciente no debe volver a realizar actividades deportivas. El retorno a la actividad sólo debe hacerse en consulta con un médico con experiencia en el tratamiento de la MTBI.

Disfunción visual relacionada con la MTBI

El sistema visual implica complejas acciones e interacciones de los ojos y el cerebro. Para simplificar esta descripción, el sistema visual se divide en tres áreas funcionales: agudeza, percepción y movimiento ocular. Cualquiera de estas funciones puede verse afectada sin que lo estén las otras dos. O bien, todas las funciones pueden estar dañadas como resultado de una LCTM. El alcance de la lesión dependerá de la fuerza y la localización del traumatismo en el cerebro. La disfunción en cualquiera de estas áreas puede contribuir a dolores de cabeza, fatiga y/o mareos.

El ojo y el nervio óptico

Cuando la luz entra en el ojo, viaja a través de la córnea, el cristalino y la retina (la parte neural del ojo). En este punto, la imagen de lo que se está viendo se procesa, se invierte y se transmite a lo largo de los tractos ópticos (vías visuales). La imagen se transporta por los tractos ópticos a través del cerebro hasta el lóbulo occipital (corteza visual primaria), en la parte posterior del cerebro.

El ojo puede resultar lesionado por un golpe directo que puede lesionar la córnea, el cristalino, la retina y/o el tracto óptico. Esta lesión puede provocar visión borrosa o pérdida parcial de la visión, que puede ser transitoria, mejorar con tratamiento o ser permanente.

El lóbulo occipital

Este lóbulo se encuentra en la parte posterior del cerebro y recibe las imágenes que le transmiten los tractos ópticos. Un golpe en el lóbulo occipital (parte posterior de la cabeza) puede provocar incapacidad para dar sentido a lo que se ve (agnosia visual) en el entorno o se lee en un libro o periódico. El peor resultado sería la "ceguera cortical", una incapacidad para ver algo secundaria a una interpretación deficiente de lo que se ve. Esta afección puede ser permanente o transitoria.

El colículo superior y la formación reticular pontina paramediana (tronco encefálico)

Cada ojo tiene aproximadamente seis músculos. Cada músculo controla independientemente un movimiento ocular. Cada músculo está controlado individualmente por uno de los tres nervios craneales: III, IV y VI. Los movimientos oculares normales se sincronizan para presentar reflejos en la retina y dar lugar a una sola imagen. Si uno o los tres nervios craneales están dañados, el movimiento y la sincronización del ojo se alteran y pueden verse dos imágenes. Se trata de la visión doble o diplopía. La visión doble puede existir en todos los campos de visión o sólo en algunas zonas.

Los movimientos oculares activados independientemente implican diferentes áreas del cerebro:

  • Sacadas, movimiento a la orden y movimiento de búsqueda (protuberancia - tronco encefálico)
  • Persecución lenta o seguimiento de un objeto en movimiento (lóbulo occipital)
  • Movimiento ocular reflejo vestibuloocular (RVO): mantiene el ojo fijo en un objeto mientras la cabeza está en movimiento. (tronco encefálico y sistema vestibular)
  • Movimientos oculares de vergencia: influencia de las áreas del lóbulo occipital para mantener ambos ojos en un objeto, ya sea cercano o lejano.

Otros problemas de visión relacionados con la MTBI

  • Sensibilidad (fotofobia): aumento de la sensibilidad a la luz.
  • Nistagmo: movimiento rítmico involuntario de los ojos con una duración normal. La sacada es el componente rápido de esta función. La duración del nistagmo puede ser anormalmente larga como consecuencia de una lesión en el tronco encefálico, el sistema vestibular o el cerebelo y/o la interconexión entre dos o los tres sistemas. El resultado suele ser una sensación de mareo. El diagnóstico suele realizarse mediante pruebas de las funciones del sistema vestibular
  • Sobreestimulación visual: intolerancia a los entornos muy concurridos con patrones de luz cambiantes, movimiento visual o desorden.

¿Contribuye la MTBI a las enfermedades neurodegenerativas?

Las estimaciones sobre la frecuencia exacta con que se producen las conmociones cerebrales varían ampliamente; sin embargo, las conmociones cerebrales son bastante frecuentes, y el número total de conmociones cerebrales en un año supera con creces todos los nuevos diagnósticos de cáncer combinados en los EE.UU. Muchas conmociones cerebrales pasan desapercibidas y no se notifican, lo que hace mucho más difícil comprender la frecuencia de las conmociones cerebrales.

En general, se cree que el cerebro se recupera bien tras una única conmoción cerebral; sin embargo, las conmociones cerebrales varían según la cantidad y la naturaleza de las fuerzas aplicadas al cerebro. Además, algunas conmociones cerebrales se denominan hoy en día conmociones cerebrales complicadas porque en las tomografías computarizadas o resonancias magnéticas se aprecian indicios de daños cerebrales, aunque la persona que sufre la conmoción parece recuperarse razonablemente bien.

Se calcula que entre el 5% y el 20% de las personas que sufren una conmoción cerebral tendrán uno o más síntomas que durarán un año o más. No está del todo claro por qué los síntomas persisten en algunas personas y no en otras.

Ahora sabemos que la disfunción endocrina puede ser causada por una conmoción cerebral en algunos individuos. También sabemos que los trastornos del sueño pueden ocurrir después de una conmoción cerebral en algunos individuos o pueden estar presentes antes de la lesión. Ambos factores, junto con otras condiciones médicas generales, pueden complicar la recuperación de una persona.

Se ha observado que varias enfermedades neurodegenerativas se producen con mayor incidencia en asociación con una única conmoción cerebral. Entre ellas se encuentran la enfermedad de Alzheimer, la esclerosis lateral amiotrófica, la esclerosis múltiple, diversos trastornos endocrinos, la epilepsia, los tumores cerebrales, la esquizofrenia, la depresión, la psicosis y la demencia; sin embargo, aún no se ha determinado con precisión la relación causal con la conmoción cerebral como iniciadora o aceleradora de la enfermedad.

El envejecimiento y la composición genética de una persona pueden complicar aún más el panorama y contribuir tanto a la aparición como a la aceleración de la enfermedad. No podemos predecir con exactitud quién desarrollará una enfermedad neurodegenerativa, aunque un indicador importante puede encontrarse en los antecedentes familiares de una persona. Dicho esto, aún no tenemos forma de garantizar quién desarrollará o no estas enfermedades.

Lo único claro es que es aconsejable evitar las conmociones cerebrales. Una vez que se producen una o más conmociones cerebrales, la persona debe plantearse importantes modificaciones en su estilo de vida, muchas de las cuales son de sentido común y se aconsejan para muchas otras condiciones de salud. La persona debe estar alerta ante el desarrollo de afecciones colaborando estrechamente con su médico.

Por ejemplo, evitar la cafeína, el alcohol, los somníferos de venta libre y las drogas recreativas. La dieta debe ser equilibrada, evitando una ingesta elevada de carbohidratos y manteniendo un índice de masa corporal (peso) adecuado. Lo ideal es que la dieta sea rica en antioxidantes y baja en grasas (~17%). El ejercicio diario debe incluirse en la rutina, del mismo modo que se incluyen otros cuidados higiénicos diarios. El ejercicio debe realizarse bajo la supervisión y el consejo de un médico y debe consistir en 30-60 minutos de ejercicio cardiovascular al menos seis días a la semana. El sueño debe ser de 7-9 horas diarias, y debe protegerse una rutina de sueño rigurosa con horarios regulares de sueño y vigilia. El médico debe realizar pruebas anuales de detección de trastornos endocrinos y del sueño, en particular de la apnea del sueño, que debe tratarse con asistencia respiratoria.

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