Los padres deben dar al superviviente de una lesión cerebral la oportunidad de tomar ciertas decisiones, aunque el tipo de decisiones dependerá del estado y las capacidades de la persona. Dado que la persona con lesión cerebral ha perdido el control sobre muchas cosas de la vida, la toma de decisiones le permite tener cierto control sobre lo que está sucediendo. Dependiendo de las circunstancias, las decisiones pueden ir desde lo que quiere comer hasta cómo quiere gastar el dinero. Tenga cuidado de establecer límites razonables y evite complacer en exceso los deseos de la persona. Lo mejor suelen ser las expectativas y consecuencias reales.

Tanto el superviviente como los padres deben disponer de tiempo propio. En el mejor de los casos, estas necesidades pueden satisfacerse modificando la vivienda para que el superviviente disponga de su propio espacio vital a modo de apartamento privado. Si los padres y el superviviente comparten la misma zona de vivienda, se puede seguir disfrutando de intimidad. Los padres pueden organizar que familiares o voluntarios cuiden del superviviente un día a la semana, dándoles tiempo para estar solos, visitar amigos o entretenerse. Si se considera oportuno, los padres pueden acordar salir de casa a determinadas horas para que el superviviente pueda recibir a sus amigos por su cuenta.

Con una planificación y comunicación adecuadas, la familia puede crear el espacio personal que necesita, lo que también ayuda a su hijo adulto a reintegrarse en la vida doméstica.